Se deberán tomar las medidas tendientes a la incorporación del niño/a en los
sistemas de políticas sociales universales, tales como los sanitarios, educacionales,
de estimulación temprana, recreacionales, como también a la derivación a
programas comunitarios o de la red SENAME especializados, de reparación del
maltrato grave, etc.
Además de entregar información durante el proceso de capacitación, es relevante
informar por escrito a las familias de acogida, la política institucional en materia de
trato a los usuarios/as, de forma de explicitar claramente que el castigo físico no
es aceptable.
Es necesario informar a las familias que si hay situaciones de maltrato hacia alguno de los niños/as atendidos, el
Programa debe efectuar la denuncia a la instancia que corresponda y
paralelamente informar a SENAME de la situación.
En la misma línea, es importante que todas las familias de acogida estén
informadas sobre la vulnerabilidad de los niños/as bajo su cuidado y su
susceptibilidad frente a situaciones como el maltrato en cualquiera de sus tipos.
Respecto a ello, la institución debe apoyar y capacitar a las familias de acogida
para trabajar estas situaciones.
Se trata de que la estadía de los niños/as en las familias de acogida, sea un
tiempo donde se les apoye de manera personalizada y se les brinden
experiencias enriquecedoras y protectoras que favorezcan su proceso de
formación persona.
El monitoreo, apoyo y supervisor a las familias de acogida debe realizarse en un
clima positivo y de colaboración, que reconozca y valore el aporte de las familias de
acogida en la situación particular de la cual se trate. Este aspecto se considera de la
máxima importancia y define para la institución el requerimiento de contar con
recurso humano idóneo.